
miércoles, agosto 24
una historia sensorial
Una amigo me contó la siguiente historia: Nunca supo por qué le tenía tanto miedo a la oscuridad. Recordaba que cuando niño dormía en la casa de sus abuelos y de noche sentía que alguien rondaba el patio y pasaba frente a la ventana de su cuarto. Miraba hacia afuera y nunca vió a nadie. En la época del colegio se interesó por las cosas desconocidas. Con una amiga intentaron más de una vez concentrarse y hacer que sus sueños se volvieran controlables. Una noche sintió que lo había logrado. Volaba a voluntad por los sitios conocidos desde siempre. Reconoció las calles y se percató que estaba cerca de la casa de su amiga. Entró por la ventana y la vió sentada en su cama, muy triste. Se acercó a su lado y le acarició el pelo. Nada más podía hacer por ella. Continuó su viaje y llegó a la casa de sus abuelos. Le pareció extraño que varios detalles eran distintos a como los veía cotidianamente cada vez que iba allí. Cuando entró en la casa hasta el olor le parecía de otra época, se dió una vuelta por el patio trasero y reconocío las cortinas que ya no existían. Cuando se asomó a la ventana vió a un niño en su cama protegiéndose de las sombras con las sábanas sobre la cabeza. Comprendió así el origen de su miedo. A la mañana siguiente corrió al colegio contento a contarle a su amiga su descubrimiento. Cuando entró a la sala de clases, ella, que reía en ese momento, lo miró de golpe y las lágrimas calleron por sus mejillas. Se sentó a su lado a escucharla mientras ella le decía: "eras tú, ¿verdad?", la pequeña luz que flotaba en mi cuarto cuando lloraba por la noche, eras tú". FIN
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